domingo, 21 de noviembre de 2010

Mirar para atrás

Todos los días, muchos hombres y mujeres que tienen el talento de Orfeo, buscan a su Eurídice en alguna parte. Ella puede ser algo bueno o hermoso que ya no está. El pasado. También como este Orfeo, bajamos al infierno a buscar lo que perdimos. Y cuando miramos para atrás, la pérdida es aún más grande.
Te invito a leer esta enseñanza y encontrar tus recursos internos para avanzar y agradecer a la vida por los regalos que recibes en cada vivencia.

Hace mucho tiempo vivía en Tracia un cantor llamado Orfeo. Su canto era tan hermoso que los animales acudían a oírlo. Se dice que también era capaz de acallar una tempestad y apaciguar las olas con sus melodías.
Los dioses le obsequiaron una lira. Orfeo vivía feliz en compañía de su esposa Eurídice.
Un día, Eurídice fue mordida por una serpiente y murió. Orfeo la amaba tanto que decidió bajar a los infiernos y suplicarle a Hades que le devolviera a su esposa.

Al fondo de un precipicio, encontró en una sala a su esposa en compañía de Hades. El Dios estaba enfurecido con el intruso que estaba allí sin haber sido llamado por la muerte. Orfeo tomó su lira y expresó su dolor con acordes tan conmovedores que ablandaron el corazón de Hades. Le prometió que dejaría libre a su amada con una condición: Orfeo no debía volver su mirada atrás hasta abandonar los infiernos. Si por
temor o amor miraba hacia atrás, la perdería para siempre.

Orfeo, loco de alegría comenzó a caminar. Caminaba y podía oír el rumor de los pasos de su esposa detrás. De repente, pudo ver el sol, faltaba poco. Trató de escuchar pero no se oía nada. Se asustó y angustió. Miró para atrás intuyendo lo peor, pero Eurídice estaba detrás suyo. La tenía del brazo Hermes, el guía de las almas. Desapareció junto a la bella mujer para siempre…

Todos los días, muchos hombres y mujeres que tienen el talento de Orfeo, buscan a su Eurídice en alguna parte. Ella puede ser algo bueno o hermoso que ya no está. El pasado. También como este Orfeo, bajamos al infierno a buscar lo que perdimos. Y cuando miramos para atrás, la pérdida es aún más grande.

  


domingo, 7 de noviembre de 2010

¡Tomar la decisión de cruzar una puerta puede cambiar toda nuestra vida!.

Un rey que era muy polémico por sus acciones, tomaba a los prisioneros de guerra y los llevaba hacia una enorme sala. Gritaba diciéndoles: "Les voy a dar una oportunidad, miren el rincón del lado derecho de la sala…" Al hacer esto, los prisioneros veían a algunos soldados armados con arcos y flechas, listos para cualquier acción. "Ahora, -continuaba el rey- miren hacia el rincón del lado izquierdo…"
Al hacer esto, todos los prisioneros notaban que había una horrible y grotesca puerta negra, de aspecto dantesco, cráneos humanos servían como decoración y el picaporte para abrirla era la mano de un cadáver… En verdad, algo verdaderamente horrible sólo de imaginar, mucho más para ver.

El rey se colocaba en el centro de la sala y gritaba: "Ahora escojan, ¿qué es lo que ustedes quieren?
Uno a uno, todos actuaban de la misma forma, miraban la puerta negra y a los arqueros de la muerte y decían al rey: "Prefiero ser atravesado por flechas a abrir esa puerta y pasar por ella". Millares optaron por lo que estaban viendo: la muerte por las flechas.

Un día, la guerra terminó. Pasado el tiempo, uno de los soldados del "pelotón de flechas" estaba barriendo la enorme sala cuando apareció el rey. El soldado con toda reverencia y un poco temeroso, preguntó: "Sabe, gran rey, yo siempre tuve una curiosidad, no se enfade con mi pregunta., pero… ¿qué es lo que hay detrás de aquella puerta negra?".

El rey respondió… "¿Recuerdas que a los prisioneros siempre les di la opción de escoger? Pues bien…ve y abre esa puerta negra". El soldado, temeroso, abrió cautelosamente la puerta y sintió un rayo puro de sol besar el suelo de la enorme sala, abrió un poco más la puerta y más luz y un delicioso aroma a verde llenaron el lugar.

 El soldado notó que la puerta negra daba hacia un campo que apuntaba a un gran camino. Fue ahí que el soldado se dio cuenta de que la puerta negra llevaba hacia la Libertad.
Todos tenemos una puerta negra dentro de nuestra mente. Para algunos, la puerta negra es el miedo a lo desconocido; para otros, es una persona difícil; tal vez para otros es una frustración, ya sea miedo a relacionarse o miedo a ser rechazado, miedo a innovar o miedo a cambiar, miedo a volar más alto.

Para algunos la puerta negra es la inseguridad porque la falta de preparación los atemoriza, o una traba imaginaria que la inseguridad de la vida fabricó durante su educación o su crianza. Pero si tú puedes perder, también puedes vencer. Si das un paso más allá del miedo, vas a encontrar un rayo de sol entrando en tu vida. ¡Abre esa puerta negra y deja que el sol te inunde!.

¡Tomar la decisión de cruzar una puerta puede cambiar toda nuestra vida!.